lunes, 15 de noviembre de 2010

MI DERECHO TERMINA DONDE EMPIEZA EL DEL OTRO

Cuando observamos la gran hipocrecia de nuestra sociedad entendemos que es un juego burdo y sin criterio de un sistema que no siente respeto por nada ni nadie.

Los medios y los individuos que componen nuestra sociedad viven reclamando derechos y soluciones a problemas simples y ambiguos, por ejemplo vemos a una persona reclamando el derecho de recibir protección policial, pero se le olvida el deber de respetar una señal de PARE o la señal de una VÍA, igual vemos reclamando el derecho que le asiste a las autoridades edilicia de mantener las aceras y contenes limpios de basura, pero deconoce el deber de no verter desperdicios en el medio, tampoco conoce el deber de respetar la señal de NO TIRAR BASURA.

Cuantas quejas no oímos de padres o madres reclamando de las autoridades el derecho de recibir protección para sus hijos, pero no conoce el deber de velar por el comportamiento y la educación de estos.

Tenemos un refrán muy viejo que dice "La Ley entra por casa", muchos conocemos nuestro deber como ciudadanos, pero es mas fácil buscar un padrino para evadir un castigo impuesto por nuestra irresponsabilidad. Cuantos padres podemos ver vendiendo sus bienes para defender la fechoría de un hijo delincuente.

Si queremos un mejor país, tenemos que empezar a reconocer nuestros compromisos ciudadano, no es robarse la luz porque el gobierno me cobra de mas, no es dejar de pagar el agua porque otros no la pagan, si mantenemos esta practica estamos formando parte de lista de irresponsables y malos dominicanos.

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