martes, 31 de octubre de 2017

EL COOPERATIVISMO COMO FUNDAMENTO FAMILIAR


El desarrollo de los pueblos esta sustentado en la realidad del futuro, tanto en el ámbito familiar, como en el social; hay muchos criterios que basan su realidad en la formación
del individuo, las metas y las trayectorias que se hayan forjado en su desarrollo.
Los aportes de las cooperativas en el presupuesto y los planes sociales de la familia dominicana, es un fomento para la economía; esos aportes están definidos por los trabajos que hacen sus dirigentes, esos que han desarrollado una vocación por servir y ser útil por naturaleza.
Las cooperativas nacen para cumplir con una necesidad y un compromiso con sus asociados, donde el lucro no debe tener razón de asomar sus garras entre sus asociados.
Esta debe mantener un crecimiento circunscrito en el aspecto social, económico y cultural de cada uno de los miembros que la componen, de nada sirve presentar a la sociedad un cúmulo novedoso de beneficios, donde sus asociados no tienen la capacidad en sus ingresos de solventar financiamientos que lesionen la sostenibilidad financiera de su familia.
El nacimiento de una cooperativa debe estar ligada a la formación en la cultura del ahorro en primer lugar, y educar al asociado para que obtenga los productos por una real necesidad personal o dentro de su hogar. Si nos fundamentamos en estos aspectos, la calidad de vida de este núcleo social, será sostenible a largo plazo.
Cuando las cooperativas entran en competencia para obtener grandes beneficios, se inicia una batalla por la administración de bienes y servicios que ofrecen a sus asociados; ya el fundamento por lo que fue creada esta institución, pasa a un plano del famoso “cambio”.

Aumentar la promoción en ofertas y “nuevos” servicios, aumenta el consumo, lesionando el presupuesto familiar del socio, como hemos visto en algunas cooperativas.