sábado, 19 de mayo de 2018

UN MENSAJE A LA CONCIENCIA

Infiel vía la red social
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
« Por medio del Facebook conocí a mujeres y le fui infiel a mi esposa, y a causa de ese engaño le pasé un virus llamado VPH. Ella me botó y pidió de inmediato el divorcio. Pero antes de que saliera la sentencia, se retractó, me llamó y supuestamente me perdonó. Volvimos y pasamos casi seis meses juntos.... pero mi carne fue débil, y volví a contactarme con esas mujeres en la red social.... Nos separamos nuevamente y casi nos divorciamos.... ¿Qué más puedo hacer?»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»La pregunta que nos hace es muy interesante. ¿Qué más puede usted hacer? El hacer más implica que ya ha hecho algo para tratar de resolver la situación. Pero según lo que nos cuenta, lo único que ha hecho es engañar y mentir repetidas veces, y contagiar a su esposa con una enfermedad venérea.
»¿Qué más puede usted hacer? Puede llegar a ser una persona con integridad, un esposo que no le oculta sus secretos a su esposa, y un hombre con dominio propio. Hasta que sea capaz de lograr esos objetivos, no hay razón alguna para que su esposa confíe en usted o le permita regresar....
»... Es probable que le haya hecho promesas a su esposa, pero tales promesas son inútiles si no hay obras que las acompañen. Si usted le hubiera dado a su esposa la información necesaria para que ella pudiera ingresar cuando quisiera a su cuenta en la red social, y si hubiera permitido que ella revisara cada noche los mensajes de texto que usted había enviado mediante su teléfono móvil ese día, con eso nada más se habría vuelto más fuerte al instante. ¿Por qué juzgó necesario cuidar de que ella no se enterara de los secretos suyos?
»Jesucristo enseñó que cuando dos personas se casan, dejan de ser dos entidades y se convierten en una sola entidad nueva.1 A fin de seguir esta enseñanza de Cristo, los casados no deben guardar secretos el uno del otro, sino que debe ser accesible al cónyuge toda red social y comunicación con otras personas. Si se quita la capacidad de comunicarse en privado a través de los medios sociales y de mensajes de texto, es mucho más difícil cultivar relaciones inapropiadas o adúlteras.
»Dios quiere ayudarlo a ser una persona íntegra. Quiere ayudarlo a ser fuerte al confiar en Él y seguir sus principios y sus leyes. El apóstol Pablo tenía una debilidad con la que luchaba, aunque no llegó a especificar cuál era. Pero encontró que el poder de Dios se perfecciona en la debilidad humana.2 Siempre y cuando dependiera de Dios y se mantuviera en una estrecha relación con Él, podría ser fuerte a pesar de su debilidad. Y usted también puede lograrlo. ¡Siempre dependa de Dios y mantenga una relación lo más estrecha posible con Él, y verá la diferencia que marcará en su vida!

Cooperativa 27 de Febrero


viernes, 18 de mayo de 2018

Un Mensaje a la Conciencia

Una bala en la cabeza
                        por el Hermano Pablo
   Llevaba diez años de sufrir dolores de cabeza. Primero pensó que era exceso de trabajo. Después le dijeron que podría ser migraña. Un médico le diagnosticó sinusitis. Pero Bruce Levón no hallaba alivio de ninguna manera, y por fin le sacaron una radiografía. El resultado fue interesante. Bruce tenía una bala incrustada en la base del cráneo.
Diez años atrás, en un baile, alguien había disparado al azar. Bruce recibió el plomo en la cabeza, aunque sólo sintió un rasguño. Más temprano, camino al baile, Bruce había tenido un accidente de automóvil, y él siempre pensó que el rasguño había sido el resultado de algún vidrio del parabrisas.
No es nada común vivir diez años con una bala en la cabeza, aunque es cierto que casos como éste se encuentran en los archivos médicos. El cuerpo es un mecanismo maravilloso que se adapta a muchas interferencias, pero vivir diez años con una bala en la cabeza es extraordinario.
Sin embargo, hay miles de personas que sí llevan algo en la cabeza y en el corazón que daña y hiere y agravia y deteriora. Son las ofensas no perdonadas. Nada produce más daño en el corazón que cargar una injuria, un daño, una ofensa no perdonada.
La reacción normal es defendernos diciendo: «Fue él quien me hizo el mal. Que venga él a mí y me pida perdón.»
Jesucristo, en su Sermón del Monte, dijo algo muy interesante: «Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda» (Mateo 5:23-24).
Tomemos nota de la importantísima frase: «y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti.» Esto quiere decir que es el ofendido quien debe buscar la paz con el que lo ofendió. De no ser así, si no nos busca el que nos ofendió, nunca estaremos en paz. Y es que importa mucho que no carguemos toda la vida un resentimiento no perdonado. Porque nada produce más daño personal que cargar en la mente y en el corazón una ofensa no perdonada.
Nosotros somos los únicos que podemos extraer la bala que tenemos en el corazón. Busquemos al que nos ofendió y reconciliémonos con él. Si no lo hacemos, llevaremos esa carga hasta la muerte. Jesucristo nos dará la gracia para hacerlo. Nuestra tranquilidad depende de eso. No perdamos más tiempo. Busquemos la ayuda de Dios.