lunes, 30 de diciembre de 2013

martes, 17 de diciembre de 2013

Aquel haitiano que conocimos llamado Celeste

Fue a mediado de los años setenta, un día cualquiera de esos que pasan sin tocar la sensibilidad perenne del
ser humano, uno mas de aquellos que sin dar carta de presentación hacen sus avenidas, de lo que provocan la curiosidad del extraño que conquista nuestra ansiedad de leer sus pensamientos. De estatura mediana, musculatura flácida pero firme, rostro redondo donde sus blancos  y alineados dientes caracterizaban esa sonrisa sencilla, humilde y sin malicia, sus pantalones sujetado por un cinturón de una tela cualquiera, el que revelaba que no fueron confeccionado para su cuerpo, sus ruedos no llegaban al tobillo, una camisa ancha, una gorra cubría su cabeza de forma transversal con la solera deshilachada y manchadas al igual que sus pantalones y camisa, por el sudor y el polvo del camino incierto; unos zapatos de gomas zurcidos en parte, en otro pegado por algún tizón encendido que se cruzo en su camino.

De forma tímida y sin querer provocar el rechazo, entre mirada y sonrisa mas que de vergüenza que de presentación estaba debajo de aquella mata de almendra que era el refugio de juegos de los muchachos durante el día y de los juegos de domino cuando la tarde iba camino hacia la noche de los adultos, de igual forma estábamos nosotros, curiosos y buscando el origen de aquel extraño que se mantenía en silencio.

Pero como siempre, los ojos de aquélla con su corazón puro, limpio y sincero se encontraron con aquel extraño, y sin pensarlo dos veces le llamo para ofrecerle alimento y agua, después de mandarlo a sentar en sus muebles de palitos color azul, le dio un plato de comida, todos nos quedamos observando sus blancos y parejos dientes que nos sonreía, como queriendo buscar la aprobación y amistad de nosotros, algunos sonreímos con timidez y sorpresa.

Cuando termino de comer, luego tomar el jarro de agua y dar las gracias, nos dimos cuenta a pesar de sus características que era haitiano, ella humildemente le pregunto su nombre y el respondió con agradecimiento -"me llama Celete"; todos reímos a carcajada, incluyéndolo a el, porque fue tan jocosa para nosotros la forma como pronuncio su nombre.

Al pasar unos días, Celeste ya era parte de la familia, nuestra abuela le preparo un rincón en la cocina para que durmiera, la comida del mediodía se le guardaba igual que a cualquiera de sus hijos o nietos; nunca le exigió aportar nada, el colaboraba con algunos oficios sin exigencia.

Su forma de caminar, jamaqueando el cuerpo de lado a lado, iba y venia, haciendo algunos trabajos agrícolas, y otras veces cortando caña, compartía de igual manera con la gente del pueblo, siempre le vi la misma ropa y su cachucha lateral en su cabeza al igual que sus zapatos de gomas. Recuerdo que  una vez le dijeron que Jutinia le había comprado unos zapatos a "Todo", él respondió de forma burlona y enseñando sus blancos dientes -"shapat, dique shapat, será uno pachangue"-

Celeste en ocasiones duraba dos o tres días sin dejarse ver, cuando nuestra abuela le preguntaba su paradero, decía que estaba en tal o cual lugar haciendo un trabajo, ya era un hijo mas al que le preocupaba y extrañaba. Como algunas veces Celeste se había ausentado, y siempre pensamos que regresaría; pero una mañana cualquiera al igual que otras, partió sin decir adiós,  el tiempo se desplazo, y su ausencia se inserto en el vacío, dejando tan solo el recuerdo de la presencia que alguna vez a todos nos dejo perplejos, como la presencia sigilosa del viento suave que roza nuestro cabello.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Frases célebres del Profesor Juan Bosch

"Hay que educar al hombre para que respete las leyes. Sin leyes no hay sociedad humana, y las leyes solo tienen valor si cada persona las acepta y las respeta y las hace respetar".

"La creación de la consciencia moral es el fin último de la evolución social. Lo que persigue el hombre es lo bueno. Lo bello, lo útil, lo justo y lo verdadero están dirigidos al establecimiento de una sociedad en que la consciencia social esté tan educada y evolucionada, que la bondad sea un principio naturalmente ejercido por todos."

"Los perfecto es enemigo de lo bueno, y el hombre no debe aspirar a ser perfecto sino bueno nada más. Cuando se pasa los límites de lo bueno y se entra en el afán de la perfección, lo que se hace es cultivar la vanidad, la vanidad individual; cultivar un sentimiento realmente mezquino, porque es un sentimiento que se limita a la persona que lo tiene. Por tanto no se debe ser perfeccionista, pero se debe tratar de hacer las cosas bien".

viernes, 6 de diciembre de 2013

Meraldo Matos, ese gran Yuyo

Existen vivencias en nuestras vidas que marcan las trayectorias de metas, que no estaban presentes en nuestros sueños, vivencias que se mantenían flotando en nuestras mentes, y que alguna vez resurgió en un futuro imprevisto, por ejemplo:
 
La Panadería de Ple, cuyo nombre de pila era Epifanio Matos Dotel, famosa por elaborar un pan de calidad y preferido en el gusto de la gente del pueblo, ademas de ser una empresa instalada en el mismo pueblo, donde jóvenes trabajaban con ahínco y dedicación en dicha elaboración.
 
Meraldo Matos, a quien todos conocíamos cariñosamente como Yuyo y Meral para  sus más cercanos amigos, heredo el oficio de su padre Ple y educado por su madre Señora, mujer humilde y dedicada a enseñar principios de moral y buenas costumbres a sus hijos; Ple y Señora hacían una pareja ideal, durante el tiempo que pude compartir con ellos, jamás escuche palabras de improperios, si mucha cordialidad y respeto.
 
La Panadería de Ple duro un buen tiempo con sus puertas cerradas, ellos se mudaron de Jaquimeyes, Yuyo se dedico a realizar labores agrícolas, pero luego entendió que tenia un oficio aprendido de su padre, el que podía realizar, y del que sacaría mejor provecho. En una casita de madera de palma y cobija del mismo árbol, ubicada detrás de la vivienda de sus padres, asistido por su hijo mayor, Reudy Matos, a quien todos conocemos como Paco, abrió las puertas de la panadería.
 
La panadería arranco con buen pie, un grupo de jóvenes compartían el trabajo dentro de la misma, algunos trabajaban directamente y otros visitaban para compartir o matar el tiempo, igual ayudaban en lo necesario; Mony, Jungaro, Ultimo Quico el de Maguela, Chiquitico, Jhony Mambi, Juano, Polon, Rony  y quien suscribe eramos visitas permanente, Guilli, Vale, Dicle, Moñita y Moise eran sus empleados.
 
Dentro del tradicional trabajo propio de la elaboración del pan, nos envolvíamos entre anécdotas y vivencias propias de los que día a día compartíamos cada tarde. Lo que mas cabe resaltar era el gran corazón que caracterizaba a Yuyo, era amigo, padre, consejero y compañero, todos disfrutábamos de sus ocurrencias en los momentos jocosos, pero cuando alguno pasaba por un momento difícil hacia el papel combinado de padre, amigo y compañero, consejo donde recalcaba el respeto por la familia.
 
Con Yuyo compartimos en su lugar de trabajo, en una esquina, en la casa de algunos de nosotros, frente al Bar de Herminio, en el pley, compartiendo tragos, y siempre era el mismo Yuyo. El trato con los hijos, era el mismo trato con todos nosotros; Yuyo era un muchacho mas del grupo de jóvenes, pero increíblemente siempre pendiente de como nos iba en los estudios, en que pensábamos para el mañana, que mantuviéramos la firmeza del mañana, que de ahí dependía nuestros futuro.
 
Siempre recordare en una ocasión que se sentó a conversar conmigo, donde manifestaba su admiración hacia mi, porque yo no tenía nada, me decía: -"Mesie me siento orgulloso de ti, porque tu ahora mismo no tienes nada, aunque la gente crea que tu dependes de algo, que no es la realidad, tu te mantienes tranquilo con un propósito y objetivo en la vida, llegar a ser algo, y llegaras porque esa es tu meta, no envidias ni ambicionas lo de nadie y siempre respetuoso y tranquilo.
 
En mi memoria siempre lo tengo presente, esa gran humildad, gran ser humano y gran corazón, del que estoy seguro que esta en la memoria de cada uno de los compartimos con el; cuando iba de vacaciones a Jaquimeyes, era una tradición el compartir unos tragos en el Bar, ahí hacíamos recuentos de esos tiempos que compartimos, de la familia, y pendiente de como me estaba yendo, motivándome de que siga adelante, y jamas dejo de resaltar la amistad tan profunda entre Paco y Yo.

martes, 3 de diciembre de 2013

Pensamientos profundos

"Nuestra vida es obra de nuestros pensamientos: si tenemos pensamientos felices, seremos felices, si tenemos pensamientos desdichados, seremos desdichados, si tenemos pensamientos temerosos, tendremos miedo, si tenemos pensamientos enfermizos, caeremos enfermos, si pensamos en el fracaso, seguramente fracasaremos, y si nos dedicamos a compadecernos, todo el mundo huirá de nosotros".
                                                                   Marco Aurelio.-