La noche de brujas (Hallowenn) viene siendo una subcultura proveniente de los Estados Unidos, una naciòn que en el experimento de un cambio de imàgen, introduce entretenimientos ancestrales de culturas divorciadas de lo que ha sido el modo de vida de esa naciòn, llegada a su màximo esplendor de guerra y capitalismo. Aunque en los dìas de acciòn de gracia no introduzcan el cerdo o la cabra en su celebraciòn, sino el pavo, ave de carne blanca por excelencia, un tanto divorciada en su consumo de las raìces afroamericanas.
Desde la antigüedad siempre fue perseguida la magia, como forma que adoptò el cristianismo de evitar que la misma sea negra. No por su acciòn en sì, sino por ser ejercida por los negros. Incluso en la Edad Media, los germanos inconversos del cristianismo conocìan la quema de los magos que realizaban encantamientos perjudiciales. Se establece, sin embargo, que en la baja Edad Media no hubo caza de brujas. Es asì como el concilio de Palerborn del año 785 castigaba tanto la creencia en brujas como su persecuciòn. Termina la cita.
Ahora bien, ¿hasta dònde incidieron las llamadas Sagradas Escrituras con ese advenimiento letal y esotèrico...?.
Cuando Jesùs echò en los cerdos la maledicencia del pecador que, piedra en mano, terminò arrodillàndosele y reverenciàndole, los criadores iracundos lo calificaron de brujo.
Aùn los misterios que de las religiones, paganas o no, y de los desaciertos cometidos en nombre del cristianismo, como hoy se cometen en nombre de la democracia, no han podido descifrar de manera categòrica el por què de la existencia soterrada de los secretos mantenidos por los ``Legionarios``, de un lado, y de los ``Caballeros Templarios``, del otro, engendrados por ``Las Cruzadas``y las llamadas ``Guerras Santas``, sectarios, abominables, intolerantes, que pasaron por las armas, la horca y la hoguera a los que pretendieron hurgar en sus intimidades obscurantistas y ortodoxas.
Se quiso emplear el concepto bruja (o) en tèrminos peyorativos, porque sus pràcticas, aunque iguales, no se correspondìan, no obedecìan ni eran acordes con sus reglas de juego institucionalizadas. Se quiso pintar la bruja o brujo como`` un ser despeinado y cruel capaz de volar en escoba, de manera que con ella pudiere barrer las huellas de sus acciones furtivas``. Por tal razòn y con el ànimo de vencerlos, desacreditarlos sumariamente, se desligaron ellos de las partes oscuras no santas de las escrituras, que hablan del brebaje, la hechicerìa, del salmo que mata vilmente o coarta la existencia, calificando de brujos a los que no poseen la bòveda en resguardo sacramental, sino los ranchos viejos, los cabos de velas, la mesa coja y una santerìa inmisericorde de santos que beatificò la Iglesia, que parece mirar fìjamente a una mujer que se desgreña, consume ron y tabaco, en franca armonìa con sus detractores.
En el antìguo testamento (Êxodo), cuando Dios mandò a Moisès a sacar la gente de Egipto para llevarla a Israel, le instruyò tirar su vara ante la presencia del Rey, para que la misma se convierta en serpiente, que al impresionar a la gente allì presente, tuviese la autoridad de ser obedecido.
El brujo o la bruja tuvo que aceptar su calificativo y adentrarse en sus propias reglas y tareas, en procura, claro està, de conocer el devenir de la vida y el futuro visto incierto en esos tiempos de inquisiciòn y resguardos clasistas de un cristianismo infundado. Si en el continente africano imperan dioses y creencias divorciadas de las reglas religiosas de la Iglesia como poder del Estado, no es por su color, ni la falsa creencia de su escasa inteligencia, sino porque hasta allì nunca llegò el favor de la civilizaciòn, por prejuicios, màs de los blancos que de los negros, la coartada que a su progreso impuso ``La Trata Negrera`` en tres tiempos: esclavitud, feudalismo y capitalismo burguès, donde todavìa hoy, no llega siquiera la comida desperdiciada en el armamentismo de muerte de la potencia del norte.
Segùn el diccionario, la bruja es aquella mujer miserable y pobre, que se ocupa de operaciones sobrenaturales y diabòlicas.... Definiciòn que viene de tiempos muy remotos, promovida por una oficialidad que de antemanos quiso satanizar sus acciones, al igual que satanizaron como ``protestantes`` todo apresto religioso ajeno a sus dogmas y jerarquìas.
Bruja, para mi, es concepto donde no es prudente ahondar mucho, pues sus raìces estàn enclaustradas, no solo en las escrituras, sino tambièn en el poder siniestro de la religiòn...
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