viernes, 14 de octubre de 2011

APRENDAMOS A CULTIVAR EL HOGAR

El tiempo pasa tan de prisa que tan solo podemos sentir su caricia cuando el aire suavemente toca nuestras mejillas, caminando muchas veces tan acelerados que no volteamos la mirada para ver sobre nuestros pasos, los sueños que crecieron sin darnos cuentas.


Hemos hecho de nuestras vidas un sistema de contradicciones, nuestros hijos son partes de los ajuares que adornan el hogar, no sabemos cuando duermen, lloran, son felices o están tristes.

Nuestros hogares son centros de acopios, donde los padres pernotan, los hijos almacenan y los sentimientos y la moral son ideas que circundan el pensamiento.

Cuando la nieve cobija nuestras cabelleras es que no damos cuenta que los años “pasan, pesan y pisan”, y solo nos queda el dolor del tiempo mal invertido en nuestros hijos, queriendo recuperarlo con nuestros nietos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario