
EL CAMBIO.- Eso fue lo que cambió ahora, y la sentencia del Tribunal Constitucional tuvo mucho que ver. El dominicano se siente en condiciones de echar el pleito en el escenario que sea, y de hecho lo está echando. De otro modo no se hubiera investigado a profundidad el caso de William Medina Ferreras, para poner un ejemplo, y comprobado que con la nacionalidad dominicana se hacen montajes aberrantes. Lo falso de su testimonio se hizo obvio y no hay que buscar otras evidencias para llegar a conclusiones amargas. Ya no hay que suponer nada, todo queda claro. Contra República Dominicana se lleva a cabo una campaña que por amplia y costosa va más allá del registro de haitianos con documentación dominicana.. La cuestión es muy simple. Si en el l844 era una sola nación, y ahora se obliga a lo mismo ¿Qué coño fue Juan Pablo Duarte y su declaración de Independencia?...
RÉPLICA.- No tengo nada contra los haitianos que viven de este lado y menos contra los que residen del otro, e incluso tampoco contra los agentes dominicanos entregados a su causa. Ahora, las trincheras están abiertas, y se hace necesario que cada cual defienda su solar. En la isla caben las dos partes, y me gusta la consigna: “ Una isla, dos pueblos, dos naciones ”, que refiere mi lector haitiano...
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