LA GUERRA FRIA Y SUS SECUELAS EN REPÙBLICA DOMINICANA.
Para la dècada de 1970 se acrecentò en el paìs los reflujos de la guerra fria. Este concepto de ``Guerra Fria`` tuvo su acepciòn en el sentido que, entre la Uniòn de Repùblicas Socialìstas Sovièticas y los Estados Unidos de Norteamèrica no existìa un encuentro campal, es decir, de campo de batalla, donde soldados de ambos lados se ametrallasen inmisericordemente. Esto es, claro està, despuès de los acontecimientos de la segunda guerra mundial, de caràcter hegemònico imperialista, y la guerra de Viet-Nam con los Estados Unidos, de corte idealìsta. Despuès de ello, los E.E.U.U. optaron por una guerra de acciòn furtiva, con la estrategia de bajar lìneas a sus embajadas en el mundo para que, en contubernio con militares y policìas de nuestros cuarteles, indivìduos sin principios patriòticos, mercuriales y otros tantos epìtetos negativos, romper de golpe y porrazo, y de forma selectiva, con el liderazgo màs importante de Amèrica Latina y su entorno, contando con la eliminaciòn fìsica de luminarias o indivìduos capaces de influenciar con sus ideas. Porque la guerra fria fue ideològica, de un lado, y de predominio imperialista, de otro. Por tal razòn, dieron muerte a los que el pentàgono tenìa contados como los màs inteligentes. Amìn Abel Hasbùn, por ejemplo, de quien ya se conoce haberse graduado como ingeniero Summa Cun Laude, en la Universidad Autònoma de Santo Domingo.
La proliferaciòn de discotecas oscuras en el paìs, cuyo objetivo no era precisamente hacer el amor y pasar desapercibido, cosa esta que tambièn fue posible, sino màs bien el consumo de drogas menores que, ligadas al alcohol y una mùsica forànea, conseguìan hacer adictos preocupados, màs que en la patria, en porciones de efectivo poder alucinògeno, como respuestas, quizàs, a las imputaciones de ``lavado de cerebro`` que se les atribuìa a los comunistas y sus doctrinas tambièn compulsivas. Esto tiene sentido, si nos damos cuenta, que precisamente los pueblos dominicanos considerados bastiones revolucionarios del paìs, posterior y paulatinamente se fueron transformando en importantes carteles de drogas, como son San Francisco de Macorìs, Barahona, La Romana, Capotillo y Gualey, en Santo Domingo, entre otros.
La guerra fria se acrecentaba. No solo acabàbamos de salir de una revoluciòn que buscaba la restituciòn del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch Gaviño, sino tambièn que los remanentes de la dictadura de Trujillo estaban muy frescos y, podrìa decirse, encarnados en el joven gobierno. De la fiebre de libertad y del triunfo de la revoluciòn cubana, no escapàbamos ni siquiera los adolescentes. El Movimiento Popular Dominicano (MPD), fundado en la clandestinidad en 1956, tuvo su màximo explendor a finales de las dècadas de los sesenta y el inicio de los setenta. Las diferencias sustentadas entre esta organizaciòn y el Partido Comunista de la Repùblica Dominicana (PACOREDO), contribuyeron al fortalecimiento de la anarquìa y el desorden nacionales. Eran partidos marxistas-leninìstas que sostuvieron diferencias, aunque no de fondo, sino de forma. Al MPD ingresaron elementos de baja estofa. Su lema de ``Lìnea Dura``, alevosa, armada, no revolucionaria, màs bien agresiva y belicosa, fue el atractivo para muchos ladrones y atracadores disfrazados de comunistas, y, por supuesto, el caldo de cultivo para la eliminaciòn fìsica de muchos mansos entre los cimarrones.
La muerte en Barahona de un hijo del dirigente reformista Berroa Astacio, cuando se divertìa en el cabaret ``Mi Cunita Bar``, antìguo ``Rivadav ia``, era disputada por la clandestinidad ``revolucionaria``. Porque, lean esto: era un buen estatus hacer bajas, sentirse perseguido o hacer creer que le perseguìan, como haber estado preso un tiempo por razones ``polìticas...``. Asimismo, la muerte de Fabio Rosario Fernàndez Matos, alias ``Narciso el Pechù``, en Gualey, Santo Domingo, atribuìda a la ``Banda Colorà``, vino de manos de otroras miembros del MPD que, disgustados, se enrolaron en esa corte paramilitar tan perversa y abominable.
En esos tiempos mi madre salìa desesperada en mi bùsqueda, sin brùjula ni norte, cuando los grupos subversivos hacìan detonar estruendosas bombas en el pueblo, en los tiempos en que un sargento de apellido Sànchez, a quien apodaban ``Ràfaga``, fusilò a cuatro inocentes en ``El Estero``, por las costas de Barahona. Esos grupos subversivos, son los mismos que se metieron en los campos y envenenaron las mentes a los agricultores, labriegos y diligentes padres de familias. Podrìa decirse que fue el principio del fin de un eficiente laboralismo rural que ya hoy no existe. La teoria demagògica de que la tierra es para quienes la trabajan, lo que hizo fue llevar la indisposiciòn y el malestar al hombre del campo. Debemos reconocer tambièn, que la falta de una polìtica concienzuda de los regìmenes clàsicos de la democracia, han desvanecido el interès del campesino hacia la siembra. Desde proveer de caros insumos la producciòn, hasta el descuido en sentido general a la protecciòn del cosechero para que no se pierda su esfuerzo, debido a las caras importaciones y al proselitìsmo constante que no permite que la gente del gobierno mire hacia el campo. Ambos mètodos polìticos, tanto el comunismo como el de la democracia clàsica corrupta, contribuyeron a la primacìa del sujeto ``dominican-york``, transculturizado y soez, la antesala de una delincuencia urbana que cada dìa crece y se perfecciona.
Balaguer, coyunturalmente, aprovechaba las rivalidades existentes entre esos grupos de la izquierda dominicana. Se puede decir que contribuìa a su enfrentamiento y aportaba, por què no, con la fuerza militar para contrarrestar las ansias de poder de grupos dormidos, pero como el leòn, que despertaron enardecidos cuando otros, que no fueron ellos, ajusticiaron, si cabe el tèrmino, al dictador Rafael Trujillo.
Cuando Balaguer habla de ``fuerzas incontrolables``, es mal interpretado e incomprendido. Todavìa hoy la mayorìa no lo comprende. Quizàs le faltò responsabilidad al no arriesgar ``la faja`` del gobierno y señalar pùblicamente, que los que enfrentaban al comunismo, que era el punto a tratar de la agenda mundial de la època, eran los norteamericanos, radicados en su embajada en el paìs, con oficinas en los organismos de ``inteligencia militar``, Mientras Balaguer inauguraba obras de infraestructura y trabajaba afanosamente para restaurar la economìa desbastada por el gobierno del triunvirato y la revoluciòn de abril de 1965, algunos guardias dominicanos, la minorìa podrìa decirse, clases y oficiales, coqueteaban y buscaban rangos con las lìneas que bajaba el pentàgono a travès de su embajada. Porque hay que admitir que Balaguer, a diferencia de Bosch, sì cuestionaba el poder polìtico. Le gustaba estar arriba aunque sea ``reguindao``. Dentro de esa tesitura murieron otros como Gregorio Garcia Castro (Goyito), Orlando Martìnez H., desaparecieron figuras notables como el doctor Guido Gil, Henry Segarra Santos, Màximo Anibal Rosi, entre muchos otros, muertos y desaparecidos que expondremos al final de este escrito, muchos de los cuales no fueron victimas de la guerra fria ni necesariamente por òrdenes expresas de Balaguer, incluyendo entre las vìctimas a muchos militares y policìas.
Juan Bosch decìa, emulando a Josè Martì, ``en polìtica hay cosas que se ven y hay cosas que no se ven``. Mientras morìan y desaparecìan los notables, existìa un clan que medraba asociado a la delincuencia comùn. Elementos con frustraciones personales y sin ninguna ideologìa, mataban guardias y policìas. La llamada ``Lìnea Dura``, tuvo en su agenda eliminar los veteranos de los institutos castrenses. Para ellos, esos veteranos de la Era de Trujillo, automàticamente, tendrìan que ser calieses del règimen que representaba Joaquìn Balaguer Ricardo.
¿Què se consiguiò finalmente con la guerra fria?
a) El desmoronamiento de la Uniòn de Repùblicas Socialìstas Sovièticas (URSS), cuando se encaminaron hacia la democracia, protagonizado por un personaje que aun se mantiene en el enigma: Mijaìl Gourvachov, quien màs bien pudo servir de agente encubierto de los Estados Unidos.
b) Cambiar el comunismo por el narcotràfico, pues el gran consumo, previsto de antemanos, ha servido para el lucro de sectores poderosos, pues su ilegalidad contribuye al riego y èste al encarecimiento, como en los tiempos de la llamada ``Ley Seca`` en Milàn.
c) El combate hipòcrita de autoridades locales y los propios EE.UU., en una lucha supuesta, para hacer dinero con los decomisos y para crear expedientes que matan reputaciones.
d) Fomentar personeros hàbiles en el negocio sangriento de la droga, para luego eliminarlos fìsicamente cuando ya no tienen razòn de seguir medrando, porque podrìan salpicar sectores entronizados, influencias de Estado, incluyendo balanzas de pagos de naciones importantes.
e) Que las embajadas norteamericanas hoy, procuran la extradiciòn de muchos de esos personeros, los que no han sido asesinados, claro està, con la orden antisoberana de que no los juzguen en sus paìses, para desde allà formar los expedientes necesarios para dirigir la polìtica capitalista vigente.
f) Para los EE.UU la droga no es buena ni es mala. Depende què contenga el expediente de un extraditado. Dicho expediente les sirve para tronchar carreras polìticas o para narigonear al gobernante de turno.
g) La droga, como producto avieso de la guerra fria, ha conspirado con nuestra Patria. Le ha dado un duro golpe a su cabeza inteligente para que no se levante jamàs. Es la inversiòn de nuestros valores y costumbres, el adiòs a la seguridad ciudadana.
h) A una democracia irreal, cuya maldad y falta de institucionalidad, mantienen en vigencia los nombres de Trujillo y Balaguer, ya que, simplemente, no hemos podido superarlos cuando tuvimos la oportunidad de hacerlo.
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