lunes, 15 de octubre de 2012

Epopeya de un viajecito de trabajo para la Asoja

Por falta de tiempo no había podido hacerle este relato, muy jocoso por cierto, además de divertido después de pasar el tiempo.

Antes del inicio del año escolar la Asociación había tratado de coordinar la compra de útiles escolares en coordinación con los Jaquimeyeros residentes en Estados Unidos, para los estudiantes de nuestro pueblo, pero lamentablemente no nos fue posible.

Quien escribe, valiéndome de amistades logre conseguir a través de la Fundación Héroes del 30 de Mayo la donación de varias gruesas de cuadernos, lápiz, sacapuntas y una silla de ruedas de parte de Cartonera Rierba. El coronel Saviñon a través del Hospital de las FFAA nos consiguio el combustible para el traslado de dicho útiles.

No fue tan fácil lograr conseguir un transporte, después de varias opciones, logramos contactar a Sandro el de Pedro y Nabel, pero este tenia una visita de fuera, por lo que no fue posible hacerlo en el tiempo señalado. Otra fue, quien de la Asociación iria para hacer entrega formal de estos.

Logramos coordinar con Sandro el día y la hora señalada, que por desgracia de la vida me toco a mi. Sandro pasa por mi casa para cargar los materiales, que cargando sufri un estiron de un músculo que me dejo privado, primera vaina que me pasa.

Después de cargar el camión con muchos cuadernos, cajas de libros, dos sillas de ruedas y otras cositas mas, arrancamos rumbo a la estación para hechar el combustible.

Después de hechar el combustible arrancamos para Jaquimeyes, Sandro iba al volante, yo en el medio y Beto en la puerta, no se si es por mi cuarenta y pico de años, pero cada vez que Sandro frenaba detrás de un vehículo, yo me sentía encima de la capota de dicho vehículo; tampoco se porque los fatales choferes de camiones les gustan frenarle pegado a los otros vehículos.

Otras de las vainas era cuando llegábamos a una intersección de cruce de vehículo, el fatal de Sandro frenaba encima del otro vehículo, y así mismo mi mente y mi cuerpo frenaba con el camión, creo que llegue con ampollas en la punta de todos los dedos y en la planta de los pies, yo iba con los frenos pegado.

Llegamos a Jaquimeyes, a la escuela básica y un grupo de profesores, encabezado por Choi y Noira recibieron los útiles, al otro día me levante y como a las diez me fui a Barahona para venir a la capital.

Ahí mismo jure irme mejor a pie para Jaquimeyes y jamas en un camión, porque así como los veo en la calle, así mismo conducen todos, como unos malditos locos. Sandro tu eres mi primo, pero tengo que decir la verdad.

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