Has muerto para algunos, te has ido para otros y un gran vacío has dejado en tu familia, tus hijos que lucharon hasta el final. Pero realmente no te has ido, solo se marchó tu presencia física para cumplir el mandato de la divina ley de que somos seres mortales
Pero en realidad no te has marchado, no te has marchado porque dejaste arraigado en toda tu familia ese gran ejemplo de comprensión, honestidad, tolerancia y humildad, legado que se percibía en tu sonrisa inseparable de tu rostro; pero no creemos, nunca creeremos en este falso abandono, porque estarás en la añosa mata de plátano que se alimentó de tu ritual cotidiano; en el ladrido del perro que tuvo en ti su amo fiel; en fin estarás en el rostro de cada labriego del que hiciste tu mejor aliado.
No tenías excusas para compartir con tu familia y amigos, fuiste el gran anfitrión, siempre presto a servir y buscar lo imposible para satisfacer los momentos cuando estábamos a tu lado, fuiste tan grande que no importaba si alguien visitaba tu casa por primera vez, esa humildad que recorría tus venas, hacía del visitante abrir su corazón como si te conociera de siempre.
Tus labios nunca se abrieron para maldecir y mucho menos para insultar, ante cualquier molestia atinaba a ladear tu cabeza y bajar el rostro, pero si se abrieron para dar consejos y sonreír.
Extrañaremos los tragos de whisky, de cervezas y aquellas canciones románticas que al final de tus días siempre recordaste, Don Silvino para los amigos, abuelo para tus nietos y papá para tus hijos. Jaquimeyes perderá su magia sin tu presencia, esas noches donde nos acostábamos casi al amanecer escuchando tus anécdotas, tus vivencias y tus consejos, esa magia que transmitía a Chago y a mí para obviar el tiempo.
Don José Silvino Matos Nova trasladaste tu cuerpo a la tumba fría, pero tu legado se quedará impregnado para siempre en la familia que dejaste, unida, solidaria, humilde y respetuosa, y sobre todo defensora con uñas y dientes de sus principios y tradiciones familiares, puedes estar tranquilo porque en cada sonrisa, cada decisión, cada compartir familiar y cada consejo siempre vas a estar tú, ese es tu ejemplo.
Pero en realidad no te has marchado, no te has marchado porque dejaste arraigado en toda tu familia ese gran ejemplo de comprensión, honestidad, tolerancia y humildad, legado que se percibía en tu sonrisa inseparable de tu rostro; pero no creemos, nunca creeremos en este falso abandono, porque estarás en la añosa mata de plátano que se alimentó de tu ritual cotidiano; en el ladrido del perro que tuvo en ti su amo fiel; en fin estarás en el rostro de cada labriego del que hiciste tu mejor aliado.
No tenías excusas para compartir con tu familia y amigos, fuiste el gran anfitrión, siempre presto a servir y buscar lo imposible para satisfacer los momentos cuando estábamos a tu lado, fuiste tan grande que no importaba si alguien visitaba tu casa por primera vez, esa humildad que recorría tus venas, hacía del visitante abrir su corazón como si te conociera de siempre.
Tus labios nunca se abrieron para maldecir y mucho menos para insultar, ante cualquier molestia atinaba a ladear tu cabeza y bajar el rostro, pero si se abrieron para dar consejos y sonreír.
Extrañaremos los tragos de whisky, de cervezas y aquellas canciones románticas que al final de tus días siempre recordaste, Don Silvino para los amigos, abuelo para tus nietos y papá para tus hijos. Jaquimeyes perderá su magia sin tu presencia, esas noches donde nos acostábamos casi al amanecer escuchando tus anécdotas, tus vivencias y tus consejos, esa magia que transmitía a Chago y a mí para obviar el tiempo.
Don José Silvino Matos Nova trasladaste tu cuerpo a la tumba fría, pero tu legado se quedará impregnado para siempre en la familia que dejaste, unida, solidaria, humilde y respetuosa, y sobre todo defensora con uñas y dientes de sus principios y tradiciones familiares, puedes estar tranquilo porque en cada sonrisa, cada decisión, cada compartir familiar y cada consejo siempre vas a estar tú, ese es tu ejemplo.
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