Por Jose Gomez Nin
Como el amigo consumado para la guerra, el compañero inseparable de la libertad de su pueblo. El brazo ejecutor siamés con sus brillantes ideas libertarias. Màs, no era el Pedro Santana de Juan Pablo Duarte. Aquel cuestionaba el poder y convertìa en sangre su autoridad y ambiciòn . Gòmez era el guerrero con la sobriedad del poeta, el de frases inteligibles manifestadas en su diario de guerra que cautivaban el alma de la soldadesca. El hombre austero, el honesto, que sellò en el Manifiesto de Montecristi la palabra empeñada de aquellos poquísimos hombres del mundo que, con su accionar de bien, reconocen, que recorrerán un camino lleno de espinas y la probada ingratitud de los hombres...
``A CABALLO POR EL CAMINO, CON EL MAIZAL A UN LADO Y LAS CAÑAS AL OTRO. COMO QUIEN LLEVA CLAVADAS UN PAR DE ESPUELAS... COMO QUIEN NO VE EN EL MUNDO VACIO, MÀS QUE EL COMBATE. COMO QUIEN NO LE CONOCE A LA VIDA PASAJERA GUSTO MAYOR QUE EL DE ECHAR A LOS HOMBRES DEL ENVILECIMIENTO A LA DIGNIDAD, VA POR LA TIERRA DE SANTO DOMINGO... UN JINETE PENSATIVO, CALDO EN SU BRUTO, COMO EN SILLA NATURAL..., LA ROPA HOLGADA, EL PAÑUELO AL CUELLO Y, DE SOMBRA AL ROSTRO TRIGUEÑO, EL FIELTRO VETERANO... ESE ES MÀXIMO GOMEZ...``
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