jueves, 19 de mayo de 2011

CUANDO TENEMOS QUE DECIR ADIOS.....

La ausencia de solución a un acontecimiento es un factor que pone en estado de debilidad, impotencia y crisis emocional progresiva al mas frió de los seres humanos. De acuerdo al nivel de absorción frente a cierto factor de riesgo o necesidad será la repuesta que pueda dar una persona, en lo social, familiar o personal.

Nos puede envolver la preocupación, el hecho de no poder comprar un simple par de zapatos para el hijo que tiene una presentación en su colegio, la compra de alimentos, medicamentos, etc.

El jugo gástrico llega a rebosar nuestra garganta, el hecho de tener que lidiar con escena terminal de un amigo, un conocido y peor aun el de un familiar cercano, viviendo en carne propia una batalla desigual con la propia muerte. Es ahí cuando los seres humanos nos acordamos de nuestro creador, oramos cuando nunca hemos orado, lloramos cuando nunca hemos llorado, perdonamos cuando la arrogancia fue nuestra carta de presentación, ademas de llegar a recurrir a métodos abandonados por el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Hasta promesas ofertamos, con llantos que ahogan nuestras palabras, y la esperanza aferrada a la fe es una porción de la bebida que acompaña a toda la familia, donde las lágrimas suavizan la presión de unos y el silencio absorbe el pensamiento de otros.

Solo nos queda aferrarnos a los bellos momentos vividos, los consejos recibidos y a los principios inculcados. Serán esos recuerdos los que nos harán sonreir y recapacitar en cada momento de ternura, de tristeza y de incertidumbre, de saber que lo que hoy hemos logrado se debe a tu sacrificio, a tu entrega a tu amor y a tu dedicación de haberme enseñado los pasos que doy a cada instante en la vida.

Jamas podría decirte adiós, porque estarás en mis pensamientos, en mis sueños y en cada forma de actual y compartir con la pareja, los hijos, la familia y los amigos.

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