miércoles, 13 de abril de 2011

COMO CAMBIAN LOS TIEMPOS


El modelo de organización de los pueblos fue formando estructuras para ir modificando su civilización, parte de estas estructuras fueron las letrinas en algunas zonas y en otras partes retretes, antes eran mas populares, este es un departamento de deposito de desechos orgánicos humanos, lugar donde todo los animales superiores con cierto nivel de raciocinio depositan los fluidos ya inservibles de nuestros cuerpos.

La letrina es una especie de garita levantada con cuatro horcones, techada de algún tipo de hojas impermeables o tablas y cobijadas con yagua, hojas de cocos o de palmas, una puerta hecha con un pedazo de hojalata, de plástico o parte de un saco de chenchen amarrado por una soguita.

Los papeles de baños o papel higiénico no llegaban a la imaginación, el material usado para higienizarse después de defecar era muy peculiar y creativo, algunos usaban uno de los horcones de la letrina y sobando el trasero como los cerdos se rascan en un palo, era así como se limpiaban, estos horcones adquirían un color verdoso por la capa sobre capa de los desperdicios acumulados y secados de personas diferentes, donde las inclemencias del tiempo se encargaba de matar todas bacterias, otros un poco mas civilizados usaban los pedazos de la cascara de la caña, donde la tomaban por un extremo y al terminar de hacer sus necesidades se la pasaban por el reto, del mismo modo como se pasa la rasuradora por la cara para afeitar los pelos.

Pero los mas delicados y con cierta educación acumulaban las tusas del maíz en una esquina de la cocina o de la misma letrina, estas tenían doble función, además de limpiar, también rascaban. Cuando empezó a aparecer el papel periódico fue un alivio para los que tenían la oportunidad de recibirlo, ya sea través de un familiar o si algunas vez visitaban el pueblo y lograban comprarlo, estos pedazos de papel húmedos eran un muy diferentes.

El que usaba la letrina lo hacia en cuclillas, otras personas le fabricaban un cajón con un agujero en el centro, de modo que podían sentarse, pero los que les tenían miedo a las arañas y a las cucarachas ni por el diablo se sentaban.

Para finales de los setenta empezó a aparecer el papel higiénico "niveo" que los mas riquitos podían comprarlo; aquí se empezó una campaña para obligar su uso y desplazar el papel periódico; la campaña decía que el tipo de papel y la tinta hacia daño.

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