viernes, 23 de mayo de 2014

¿Obligaron al gobierno a capitular en caso haitiano?

Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do/@orlandogildice
LA PÁGINA.- Aprobada por el Senado la llamada Ley de Naturalización, con el consentimiento público de los sectores, organismos y países que objetaron la sentencia del Tribunal Constitucional, conviene pasar la página. Hay núcleos de pensamiento o de opinión que no están totalmente convencidos de que la salida fuera la mejor, y no hay que sorprenderse si decidieran ir de las palabras a los hechos e interponer recursos ante las altas cortes. Hay gente que no se rinde nunca, y tampoco tiene por qué hacerlo, pues los órganos públicos están para que los ciudadanos reivindiquen derechos, busquen justicia y procuren amparos. El problema nunca fue de los patriotas, sino de los apátridas, y éstos entienden que ganaron la partida, que se impusieron en la prueba. Da gusto leer el editorial del periódico haitiano Le Nouvelliste del pasado 16 de mayo, entre los que se cuentan párrafos verdaderamente siniestros… 
CAPITULÓ.- Dice –como si se tratara de una declaración de principios– que “fue necesario una campaña emprendida por las autoridades haitianas, por una parte, por todos los países del Caricom por otra, para denunciar la decisión discriminatoria de la Corte Constitucional y obligar al gobierno a capitular”. A confesión de parte, relevo de pruebas. Es un medio haitiano, y tal vez el más importante, que está revelando lo que unos suponían, otros creían y algunos sabían: que todas las citaciones, acciones y pronunciamientos en el exterior no eran obras del Espíritu Santo, sino inducidas y convenidas por nacionales y autoridades del otro lado de la Isla. Pero no solo afirma que “fue necesario una campaña”, sino que esta logró el cometido de “obligar al gobierno a capitular”. Es decir, élite haitiana tiene claro lo sucedido. No es que el presidente Danilo Medina fue comprensivo, sabio, humano, sino que ese ánimo feroz puesto en escena doblegó el brazo a los dominicanos. No más palabras, magistrado, como se concluye en los estrados… 
LOS GOEBBELS.- Fue obvio desde el principio que los haitianos querían dar a los dominicanos donde más podía dolerles, y ese flanco era el turismo, uno de los renglones más importante de la economía nacional. Lo confirma Le Nouvelliste, y lo hace con palabras que no dejan dudas del propósito. Todas esas intervenciones en el exterior o las reacciones de países de todo el mundo contribuyeron “a empañar la imagen de la República Dominicana, conocido como uno de los destinos turísticos más populares de la zona”. Esto es, el Diablo pensando en los detalles: “No te compro pollos, ni huevos, en lo que eres bueno, pero igual creo condiciones de horror en los medios extranjeros, de manera que se reduzcan tus visitantes”. Fueron entonces periódico por periódico de Norteamérica y Europa sembrando la cuña del palo malo, y los reportajes fueron saliendo unos tras otros, en una campaña tan efectiva que a su juicio llevó a la industria hotelera dominicana a expresar preocupación. Los dominicanos fueron acusados de nazis, pero viendo los resultados de la campaña, Joseph Goebbels, sería un niño de teta ante la eficiencia mediática de los haitianos. Por ejemplo, hicieron “capitular” a su enemigo más poderoso… 
LOS HIJOS.- Los grupos o sectores y hasta naciones que creyeron a los haitianos víctimas inocentes y dudan de sus propósitos a largo alcance, deben hacer ahora, ante las evidencias, o sus confesiones, lo que el gobierno dominicano: capitular. Reconocer que se equivocaron y que los hechos ocurrieron al revés. Que República Dominicana fue la víctima, y no solo de las maquinaciones haitianas, sino de la falta de integridad de la llamada comunidad internacional. Si no, ¿cómo explicar la burla final del editorial de Le Nouvelliste del pasado 16 de mayo? Se pregunta el periódico: “¿Cuántos hombres y mujeres haitianos todavía se sienten afectados por esta sentencia que ha herido a los hijos de Dessalines, Petion, Christophe y Toussaint en su carne, su sangre y su alma?”. Léase bien. No habla de los hijos de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Caamaño y Manolo. No. Dice “…los hijos de Dessalines, Petion, Christophe y Toussaint”… 

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