Mi apreciado Danilo Medina:
El Dr. Ramón A. Font B. y el poeta Enriquillo Sánchez (Q.e.p.d.), me dijeron por separado que “estoy mal”. Que a los presidentes sin excepción sólo les gusta que alaben su gestión; que los aplaudan en actos privados y públicos, y que les cuenten chismes de sus funcionarios.
Respondí a ambos que sus apreciaciones eran ciertas; que nací para vivir mal, porque si bien la discreción y consideración (más por los hijos y esposas), obligan, no me cuesta nada reconocer lo bien hecho y lo bueno, pero que en las ‘escuelas’ que estudié: Aristotélica, Cristiana, Hogareña y Boschista, etc., me enseñaron a decir la verdad (muchas veces incómoda), y no soy “alabardero de nadie” porque es la forma más indigna de agenciarse bienes y afectos. Y, señor Presidente, en 40 años que le conozco tanto los asuntos tratados como cualquier diligencia, se las he dicho directamente. A usted le consta. Y sospecho que cuando le he enviado algún mensaje, no lo han entregado, porque así es la falsía de los que sólo sirven para el “expediente” y el “teatro”. ¡Pobre del líder que se deje secuestrar por un “anillo”!
Presidente: esta carta pública no es para pedir nada, sino para decirle que:
1.- En este país nadie cree en la Justicia, ni en el Ministerio Público;
2.- Pese a los esfuerzos de los organismos de seguridad y la PN, ¡nadie se siente seguro! Aparte de que un enorme segmento de la sociedad cree que hay una alianza entre el bajo mundo y segmentos de estos instrumentos (hay gente decente que hace su trabajo);
3.- Estos tres años de “tratos” con los haitianos, tienen a las mayorías de la población, sean o no del Gobierno, en angustia y en zozobra; y no es a Los Vincho que acusan de ser culpables, sino a la blandenguería del Ejecutivo, que por H o por R, piensa que las potencias extranjeras y los ricos lo tienen agarrado por el “Pichirrí”;
4.- En México hay 36 millones de jóvenes que los gobiernos de R. Calderón H. y E. Peña Nieto, les llaman “el bono académico”, porque los suponían los técnicos para relanzar el país. Ellos hoy son puros “Ni”: estudian, pero no se sabe cómo ser insertarán en el aparato productivo porque hay muchos graduados sin trabajo; más del 15% de la población pasa de la 3ra. edad y su futuro es incierto porque les están bajando las pensiones. Hay 2.5 millones de jornaleros que ganan 60 pesos, pero el kilo de carne cuesta 120.
Aquí, las revistas de espectáculos y sociales están llenas de gente light con ropa brillosa; pero los “Ni, Ni” suyos están ahí, porque no pueden dejar de serlos sin Seguro Médico y con la Tarjeta Solidaridad, si no tiene un pedazo de tierra, un título de propiedad o estén integrados a uno de sus proyectos agrícolas. Los que han encontrado la esperanza y los peldaños de las Pymes, son minoría. Motoconcho, droga (300 mil, dice DNCD) y delincuencia. Están dañados. Hay que trabajar mucho para integrarlos.
5.- Mi presidente Danilo: ¡vamos al rabo! Soy un encuestador “oyendo al pueblo”, y debo confesarle, que un sacerdote me pidió que no jure “ni por Dios, ni por mi madre”, sino, lo haría: fuera de 5 ó 6 ministerios y algunas direcciones generales, la percepción generaliza (me consideran del PLD), incluidos empleados públicos y privados, es que el Gobierno es un mosquitero. ¡Ni las Mil y una Noches! Se habla de contratas y fortunas fabulosas como en más de 10 ministerios. Fíjese en inauguraciones cuántos trajes, zapatos y vestidos ¡wau! ¡Nunca se habían visto en la calle tantos todoterrenos y Camaros, etc. ¡No soy aficionado a marcas, pero los ‘punchadores’ de teléfonos se las saben todas! Hay de peloteros y jeepetas financiadas, pero hay gente “¡parada!”.
6.- Asalariados y clase media baja se empobrecen y hay que pagar la deuda externa. Ese tsunami, Mi Danilo, puede hacer eclosión antes del 2016, o del 2016-20. Se lo dije, mi Presidente, pero sin hipérboles y de frente, como siempre. ¡Dios le guíe!
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