sábado, 28 de julio de 2012

EL TRABAJO INFANTIL COMO DISCIPLINA

Las especies tienen como normas establecer reglas para su conservacion, desde el momento de abrir sus ojos en el espacio donde habita se les enseña como, cuando y donde se desarrollan sus deberes como parte integrar del grupo al que pertenece. Desde una simple oruga, un lagarto, un picaflor o un elefante que crece bajo normas que establecen las reglas de convivencia.

Desde que asomaba el primer rayo de sol, todos en el hogar debían abrir sus ojos y levantarse a realizar sus tareas, de las esposas su primera tarea era poner la lata del café, preparar el desayuno y barrer el patio, las niñas recoger las bacinillas para verter los orines en la letrina y lavarla, para luego recoger y arreglar las camas, por su parte los varones junto al padre se dirigían al corral a ordeñar las vacas, apilar la basura para quemarla, dirigirse al río a buscar el agua que seria utilizada por la madre para los quehaceres domésticos.

En un jarro que podría ser esmaltado, de aluminio, de pica pica o de salsa se le llevaba el café al corral, al marido y a los demás, luego del ordeñe, el apile y quema de basura, tanto el padre como algunos de los varones se dirigían a los conucos a realizar las labores de producción.

Algunos varones les tocaba quedarse para cuando el desayuno este listo, llevárselo a su padre y a los demás hermanitos, en el conuco a cada niño le tocaba su tarea, esto era una rutina diaria, pues todos tenían que colaborar y participar en la formación y crecimiento de la familia.

Las tareas de la recolección de basuras, de llevar los víveres al hogar, era asignación de los niños, y también de pastorear el ganado, cuando ocurría un evento que un niño no podía realizarlo, entonces entraban los adultos para resolverlo.

Casi el cien por ciento de los Jaquimeyeros que hoy son exitosos profesionales y empresarios realizaron todas las tareas de campo desde niños, son muchas las historias que he escuchado de las picaduras de alacranes, de arañas, de avispas y de otros insectos ocurrido en el trabajo cotidiano de la familia. Y de esos niños trabajadores de campo que hoy son padres de familia honesta, no hay ladrones, bandidos o vagos.

Tenemos un problema común los padres de hoy, nuestros hijos formados bajo el esquema modernos, lamentablemente se han formado como cristales, con todas las comodidades; tienen televisor en sus cuartos, usan celulares modernos, ropas de marcas, tenis carisimos, comen a su gusto, pero cuando le solicitamos realizar una tarea dentro del hogar, o están cansados, lo harían luego,o no le gusta hacer eso, etc.

Sin embargo la generación anterior tenia un solo par de zapatos, uniformes que duraban cada nivel escolar, es decir uno para la primaria e intermedia y otro, si acaso para la secundaria, tanto así que se le confeccionaba la falda o el pantalón con mucho ruedo para cuando el muchacho fuera creciendo ir soltando. Igual, cuando tu zapatos tenían una tronera en la zuela, si no se le  cogía unos zapatos prestado al primito, usaban un pedazo de tira para medirte el zapato viejo, porque así te comprarian el nuevo.

Llenar los tanques de agua, hechando viajes al río, chapear el patio, recoger la basura, limpiar el corral de la vaca, de los chivos o limpiar la pocilga, era tarea de los muchachos. Una generación que pensaba en el trabajo y que se escandalizaba cuando le hablaban de muertos, se sentían orgulloso del trabajo.

Ahora un grupo de niños lindos, que se formaron bajo la protección de papi y mami, que vurgalmente viven hablando y proponiendo mojiganga con dolares donados sin saber la procedencia, sin saber cuando y como comen los hogares de esa familia que realizan labores en los campos. Es muy hermoso desde una oficina con aire, montado en yipeta de lujo, con pagos desde el extranjero opinar de como unos padres sin saber cuando, como y donde encontraran la forma de garantizar el futuro de esos infantes que fueron traídos al mundo por mandamiento divino.

Claro, que con esto no apoyamos el maltrato ni la violencia con ira, una pela para corregir un irrespeto no es un maltrato, dos chancletazos por no realizar sus deberes después de repetírselo un par de veces, no es un maltrato, una pela por llevar objeto ajeno a la casa, no es un maltrato, dos correazos por romper el cristal de la casa de la vecina, no es un maltrato. A nosotros nos dieron pelas y hoy somos mujeres y hombres de bien, respetuosos, honestos y trabajadores que amamos a nuestros padres.

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