Hay seres humanos que nacen y pasan desapercibidos entre los demás, otros se desvanecen con el tiempo, pero en cambio, hay otros que son como el aire, mueren, pero su presencia se mantiene latente en nuestra memoria, porque dejan huellas que están presentes en nuestros pasos.
El reconocimiento al General Alejandro de la Paz de León (Cambe) de parte del Ayuntamiento del Municipio de Jaquimeyes y la Asociación de Jaquimeyeros Ausentes, fue un homenaje al pueblo mismo, es resaltar la esencia del servicio, el sentimiento por las dificultades de los nuestros, a la moral y principio de nuestras familias, a la dedicación al trabajo.
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Emerger de la nada, enfrentar los obstáculos y las precariedades de la época, para ver realizados sus sueños, sin olvidarse que detrás quedan amigos y familiares que no pudieron hacer lo mismo; tal vez por falta de fe, de capacidad o dedicación, es una virtud que pocos seres humanos poseen.
Formar una familia con todas sus necesidades cubiertas, pero de corazón noble y alto sentir por las carencias de los demás, solo se logra cuando nuestro sentimiento es puro, humilde y con base familiar.
No solo eres el "jefe" para los jaquimeyeros, lo eres para muchos, muchos que alguna vez tocaron tus puertas por una necesidad, y fuiste tan grande que de alguna manera lograste resolverle. Para muchos nos bastaba con tan solo saludarte, fueron muchos los envejecientes, padres y madres que de alguna manera ayudaste, recotar sus cabezas a tu pecho para sentir tu noble corazón, el corazón de ese general que ayudo en la compra de medicamentos, dio trabajo y ayudo al hijo que andaba por mal camino.
Quizás, alguna vez en el tiempo, tu cuerpo se deslice como agua entre las manos, cuando nuestro creador solicite tu presencia, pero los que sentimos y admiramos tu ejemplo, sabremos recojerla para verterla entre la gente que siempre amaste y se mantuvieron en tu memoria, "tus hermanos y pueblo de jaquimeyes".
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