Los “americanos” deportan a miles de dominicanos “ilegales” que han delinquido en aquella nación, y eso se ve y se acepta como normal.
Los Estados Unidos son extremadamente rigurosos en la aplicación de sus leyes sobre inmigración y nacionalidad, en legítimo ejercicio de su soberanía. Y eso nadie lo discute ni lo regatea.
En cambio, si en la República Dominicana alguien menciona la palabra “muro”, o si se trata de reglamentar con leyes propias la inmigración de extranjeros, o si se deportan hacia Haití nacionales de ese país que penetraron ilegalmente a este lado de la isla… entonces somos racistas, nazis y genocidas, merecedores de todas las sanciones internacionales habidas y por haber.
Como que algo anda mal en este mundo. ¿Somos, acaso, el conejillo de Indias de la comunidad internacional?
Apretémonos los pantalones (las mujeres también los usan) y pongamos las cosas en su lugar y a nuestra manera.
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