EL ROEDOR: Gobierno de la sociedad civil

Aristófanes Urbáez

“Causa principal de las enfermedades de la filosofía ñun régimen unilateral: se nutre  su pensamiento sólo con una clase de ejemplos”.

                       --Wittgensteinó

Un brillante lector, evidentemente discípulo inconsciente del anarquista Miguel Bakunín, sugiere que eliminemos los partidos y los políticos y que establezcamos un gobierno del nuevo fantasma que recorre el mundo: “la sociedad civil”, cosa que no nos parece tan quijotesco porque en momentos de “crisis” (y estamos en presencia de la más grande y universal), surgen ideas disparatadas, pero también soluciones geniales y nuevas utopías. Ahora mismo, la diputada y jefa del Partido Pirata, de Irlanda, B. J., platea la tesis de que “el capitalismo no se puede reformar, sino sólo ser destruirlo” (y miren que si vemos las guerras y barbaridades como la miseria y las enfermedades de los más,  por más sensatos que seamos, la idea no está mal).

Pero el caparazón político del capitalismo, como dijo Sir Winston Churchill, para atenienses y espartamos, es en “lo social-jurídico”, lo mejor que la humanidad ha parido: “la llamada democracia representativa” (como la bautizó “mi caudillo” don Juan, siempre luminoso), a aquel invento ateniense del tirano Clístenes, y hay que tomar en cuenta su “metafísica”, pues según el poderoso cerebro del filósofo Martin Heidegger, en Grecia se produjo “un verdadero milagro”, lo que no es “paja de coco”, como decimos por aquí.

2.- Estado, capitalismo y democracia.-

Frente a la crisis del capitalismo primigenio que venía incubándose para llevar  a la I Guerra Mundial, Lenin escribió su folleto “El Estado y la revolución”, cuya tesis central era que el Estado capitalista no se podía esperar no siquiera que se “extinguiese”, sino que había que “destruirlo”, y crear uno “socialista” en su lugar. Bakunín (al igual que su discípulo dominicano, que pide su sustitución del gobierno por “la sociedacivil”), proclamó simplemente la destrucción del Estado y el predominio de las individualidades, lo difuso, la “anarquía”. Un Estado sin Estado. Lo único malo, absurdo, es que esa “sociedacivil”, tal y como la conocemos en Occidente, y sobre todo en países de capitalismo atrasado, no es tal: ni la voz límpida del pueblo pobre, sino un “partido militantes políticos disfrazado”, que  totalmente amorales, porque viven de las ONG de los imperios, de los mismos políticos que dicen combatir (que les prestan hasta helicópteros), y de los políticos. “Hágase rico en los 90s.; forme su propia ONG”, escribió el argentino Gino Lofredo. Los que se hacen llamar “sociedacivil” son líderes políticos que no tienen el afecto de las masas y por tanto están planteando que los Estados se libren de sus Policías, Leyes y Ejércitos. ¿Qué es la sociedad civil? En nuestras sociedades: una ‘vaciedad’, y cuando no, un ariete del imperialismo en contra de los pueblos a tal punto que, aunque Bachalo no lo asimile, gobiernos como el de Bolivia han eliminado su fuente principal de financiamiento: las ONG, porque dijimos aparte de este “expedientes”, que también se insertan y comen de los gobiernos en base al chantaje y a la impugnación de todas las acciones emprendidas por éstos. Jamás la llamada “sociedacivil” apoya las políticas buenas de los gobiernos (económicas, sociales, jurídicas, etc.), y cuando aquí se habla de ella, no se está hablando de lo que designa el filósofo Álvarez Martín, sino de una especie de “basura social”, que ni representa los intereses del pueblo, ni las instituciones fácticas que gobiernan el Estado, sino intereses del capitalismo salvaje, el lavado, la droga, los negocios sucios (a los que nunca atacan), porque ellos son los  pilares de la sociedad del espectáculo y el mundo Light que corroen los valores de la familia, la decencia y el capital social; defienden minorías siniestras con los intereses más oscuros de la sociedad. ¿Cuándo esos individuos han combatido la droga en nuestro país? ¡He ahí el detalle!

3.- El distinguido lector que dice que “gobierne la sociedad civil”, sustituyendo partidos y políticos, al menos está pidiendo otra “ocupación”, no precisamente haitiana, sino de las peores lacras del capitalismo. Otros ideólogos, como dice arriba, “platearon alternativas”. Él pide un fantasma, una pesadilla...