1 de Octubre, se celebraba el Día Nacional de los Envejecientes. Esta fecha fue promulgada por ley, en el
1991 con el objetivo principal de reconocer la contribución de las Personas de la Tercera Edad a la familia y la sociedad Dominicana.
Desde hace varios años se creó el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) y se promulgó la Ley 352-98, la cual busca proteger y amparar a las personas envejecientes. Sin embargo, como ya es costumbre en nuestro país, las buenas acciones se han quedado en el plano de la teoría sin llegar a la práctica. Tanto, que pocos medios ayer dieron constancia de lo importante que era este día.
La población envejeciente de la República Dominicana ronda aproximadamente por los 700,000 personas. Lamentablemente, estas personas no tienen acceso a servicios tan vitales como la salud y la Seguridad Social. La Geriatría, especialidad médica destinada a las personas mayores, no es practicada comúnmente en nuestro país, contando solamente con 16 unidades a nivel nacional.
La población envejeciente de la República Dominicana ronda aproximadamente por los 700,000 personas. Lamentablemente, estas personas no tienen acceso a servicios tan vitales como la salud y la Seguridad Social. La Geriatría, especialidad médica destinada a las personas mayores, no es practicada comúnmente en nuestro país, contando solamente con 16 unidades a nivel nacional.
En lo que respecta a los Hogares de Ancianos, también notamos graves precariedades. Prácticamente, la
totalidad de estos centros funcionan gracias a las donaciones de entidades e individuos particulares, siendo en el mayor de los casos, los únicos en aportar para el sustento del mismo. Las visitas médicas son realizadas por galenos en condiciones de voluntarios, demostrando un pobre sistema estatal que regule por la salud de estas
Ni hablar del Sistema de Pensiones y Jubilaciones, el cual simplemente recibió un pobre aumento en el último reajuste realizado por la Presidencia de la República. Es muy triste, darnos cuenta de que luego de dedicar más de 25 o 30 años de nuestra vida a
una institución, seamos gratificados con tan pobre suma de dinero que como todos sabemos no da “ni para el cafecito de la mañana”.
Esperamos realmente que esta situación llegue a cambiar. Por el bien de nuestra sociedad y por la preservación de esos seres especiales que no hacen más que agregar gratas experiencias a nuestras vidas, es necesario que nuestras autoridades comprendan de una vez y por todas que ya está bueno de jugar a la ruleta rusa. Necesitamos políticas efectivas y entes preactivos que lleven a buen término tales regulaciones.
De más está enviar nuestros respeto, gratitud y alta estima a todos los envejecientes, aunque pasara su día oficial. ¡Una deliciosa taza de café para todos ellos desde Duarte101!
Descargue aquí: la ley 352-98 sobre protección a personas envejecientes.
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