Hay un dicho que es o era muy popular entre mis viejos de Jaquimeyes que rezaba asi "Padre no es el que ejendra", este lema es muy profundo si nos ponemos a analizarlos. A este le sumariamos el que dice "el que siembra vientos, cosecha tempestades".
Esto lo comento a propósito de un lamento de mi querido amigo Kilven, que dice "cuantas niñas embarazadas en nuestro pueblo". La responsabilidad de mi esposa y mia, no es el solo hecho de ejendrar, alimentar y pagar el colegio de mis hijas, esto no es responsabilidad, esto es suplir las necesidades básicas y sociales.
En cada paso que da un hijo debe estar reflejado el rostro de sus padres, porque es su responsabilidad el de enseñar a los hijos a caminar para evitar tropiezos que puedan marcar su caminar para siempre. En cada palabra emitida por un hijo, en su consciencia debe estar grabada la orientación de sus padres, porque de ellos aprendieron a combinar las oraciones para intercambiar opiniones e ideas con los demás, y cada vez que un hijo extiende sus manos debe estar presente la formación que le dieron sus padres, de lo que le pertenece tomar en el camino de la vida.
Hijo de gato casa raton, siempre decía mi abuela Ana Luisa Matos, se refería a que si un hijo era irrespetuoso, era porque sus padres eran así. La preñé de las adolescente a temprana edad es responsabilidad y culpa de sus padres, es lamentable el ver a una series de madres que solo se preocupan por el vestido que deben usar, el tinte que se deben dar, los zapatos que deben lucir, porque si no sus maridos no se fijaran en ellas, sobre poniendo esta fantasía por encima del futuro de sus hijos.
Tambien tenemos una serie de padres irresponsables, que cuando ven un hijo caminando por su cuenta o haciendo ciertas vellazquería, que en el futuro se convierten en delicuencia o embarazos a destiempo, no enfrentan al hijo para hacerle la corrección de lugar, solo atina en ir a donde su mujer a llamarle la atención porque el hijo anda vagueando, al parecer la crianza es solo responsbilidad de la mujer.
Si vamos al parque de Jaquimeyes, vemos un grupo de adolescentes sobre las once y doce de la noche caminando y bailando, y donde un bandido, asqueroso y rastrero adulto empieza a enamorar, seduciendo así a la infeliz huérfana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario