lunes, 30 de mayo de 2016

IN MEMORIAM VIOLETA ENELIS MESA MATOS (Juana Mesa)

Por Luis López Mesa (25/05/2016)

Su carácter y su hiperactividad no la dejaron lograr avanzar en los estudios, sus metas eran otras, siempre mantuvo actitud de enfrentar lo que se le presentara en la vida para sacar el mejor provecho para ella y los demás que se vean en necesidad.
La vocación de servicio venia en sus genes, su pariente lejana, Anacleta Castillo fue partera y curandera, luego su progenitora Justina Matos, mejor conocida como Niña, además de partera tenia la particularidad de ejercer empíricamente de curar infecciones, suturar heridas, entablillar la fractura de una extremidad y hasta curar animales.
Violetas Enelis Mesa Matos procreó cuatro hijos, Johnny Rafael Perez Mesa (fallecido), Claudio Gerónimo Perez Mesa (Flaco o Isaías), Ivonne Elizabeth Perez Mesa y Francisco Elpidio Melo Mesa, a quienes podríamos decir que crió a media, ya que la vocación de servicios comunitarios reducía el tiempo dentro de su hogar.
Inició desde temprano trabajo de enfermería en la Clínica del Dr. Michel en Barahona, donde su habilidad para lograr ser prescindible la llevaba dentro de sí, no sabía de letras, pero sabía inducir a los demás para que le den organización a sus ideas, logrando que sus informe del día lo preparara otra enfermera.
Su habilidad para hacer partos, manejando cualquier técnica, además de ser experta en sutura, especialmente a los niños, y como controlarlo para que no se resistan sin suministrarle anestesia, esto le dio fama, y ya la demanda hizo que dejara su trabajo con el Dr. Michel, quien le vivía rogando para que volviera a su puesto.
Doña Emma Balaguer de Vallejo, fundadora y presidenta de la Cruzada del Amor, había escuchado hablar de Juana Mesa, de su magia para lograr penetrar fácilmente en la gente, y empleando algunos de sus colaboradores logró conquistarla.
A través de la Cruzada del Amor todo el liderazgo que había enclaustrado dentro de ella, salió a flote, logrando ser un punto de referencia y contacto para el Partido Reformista.
Juana Mesa varió el nombre de su pueblo, fue durante su trayecto en la política y principalmente en la Cruzada del Amor que se distribuyó al pueblo los famosos “Sacúdelo”, que eran ropas donadas para ser distribuidas a las personas de escasos recursos, también la famosa “Marifinga”, que eran fundas de alimentos conteniendo harina de maíz, de trigo, aceite, pica pica y leche de bambi.
Su tenacidad y habilidad para conquistar lo demostró cuando el General Elías Wessin la convenció con su proyecto político a través del recién fundado Partido Quisqueyano Demócrata, quien logró conquistar el tercer lugar en los pueblos donde ella hizo política, y de un partido recién conocido. Además de ser la única Jaquimeyera que fue miembro del Comité Central de un partido político.
Ha sido la única iletrada conocida en haber logrado varios certificados en cursos impartidos por salud pública, en la Oficina de Desarrollo para la Comunidad (ODC), etc. logrando varios en manualidades; Sobre todo, logrando sobresalir en los talleres y cursos recibidos.
Por su amplios conocimientos en las manualidades se le ocurre la idea de crear un centro comunal, y a través de Herminda Prat de Perez quien dirigía la Cruzada del Amor en la Región y gobernadora de Barahona (su comadre), logran convencer a Doña Emma para que le done las maquinas de cocer entre otros equipos.
La creación de este Centro, dentro de su hogar, despertó el interés en las jóvenes de la época, donde se les enseñaba costura, bordado, manualidades, etc. Luego inició la jornada a través de las instituciones gubernamentales para la construcción del centro, logrando llevarlo a la altura de techo, pero los cambios políticos frisaron en el tiempo lo que pudo ser una gran obra de proyección.
Fueron muchos sus aportes y logros, tanto en la formación de jóvenes, participación en grupos campesinos, etc.
Juana Niña, en su devenir de la vida, rompió el mito de los conservadores  contra los comunistas, haciendo causa común, convirtiéndose en una tenaz defensora de los terrenos del Curro, frente al conflicto con Diana Vilches, he aquí que le colocan el sobrenombre de Juana “Vilches”.
En esa tenaz lucha en defensa de la tierra como patrimonio de la comunidad, mostró sus agallas, enterró el miedo y defendió a uñas y dientes, machete en manos, las tierras de los Cucuses frente al conflicto con la INA. Ella, junto a la Negra, Penco, Pegao, Niño, La Mora, Moreno, y otros  fueron capaces de echar abajo las empalizadas tendidas por la INA en los Cucuses.
Era mejor caer en la boca del diablo y no en la de Juana "Vilches", cuando voceaba y criticaba a los que traicionaban y se vendían, a los acaparadores de las tierras del Salao los Cucuses.
Nunca dejó de cumplir con los duelos de sus gentes, a la hora de una muerte o un rezo, ahí estaba Juana dando consuelo y esperanza.
Fue una extraordinaria consejera frente a los conflictos y problemas de la gente, orientando y evitando desgracias.
 Muchas de las calles del pueblo eran lagunas, con las inundaciones se mantenían en algunos puntos llena de agua, pero con su insistencia frente a las autoridades de Barahona logró el saneamiento de la mayoría.

Juana Mesa fue un antes y un después de la política de la región, no existe aquel que haya recurrido a sus servicios, tanto de salud como familiar que no le haya servido, es casi imposible que no exista una sutura en el cuerpo de un Jaquimeyero de la época que no tenga el sello de Juana Mesa, así como una gran cantidad de partos, esto, sin jamás pedir pago alguno.