jueves, 30 de enero de 2014

AFIRMA NINGÚN ESTADO HA SIDO MÁS SOLIDARIO CON HAITÍ QUE RD Danilo enfrenta a detractores de RD CUMBRE. DICE QUE NO ACEPTA QUE VULNEREN LA SOBERANÍA DEL PAÍS

listin.com.do
El presidente Danilo Medina manifestó ayer que no va a aceptar que se acuse a República Dominicana de racista, violador de los derechos humanos y que comete discriminación contra la población haitiana que se ha radicado de forma irregular en suelo dominicano, al precisar que por el contrario aquí estos extranjeros conviven sin recibir malos tratos.
El mandatario habló en La Habana, Cuba, en un foro en el que participaron 33 estados latinoamericanos, escenario que aprovechó el ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves, para repetir que la nación dominicana es racista y viola los derechos de los haitianos.
“República Dominicana ha sido el Estado más solidario con la República de Haití.  Yo no creo que el señor Gonsalves haya hecho por Haití lo que ha hecho la República Dominicana”, manifestó.
A seguidas el texto íntegro del discurso
Lamento mucho que un acto de la magnitud histórica del que estamos celebrando, se haya desviado con discursos como los que se han pronunciado aquí.

No tenía la intención de volver a hablar sobre el tema República Dominicana y Haití, pero dado el hecho de que este discurso se ha trasmitido por televisión, no puedo dejar que América Latina que ve el canal Unasur como un instrumento de información permanente, tenga que recibir informaciones distorsionadas y que la República Dominicana estando presente guarde silencio.
El día de ayer tuve la oportunidad en el retiro de presidentes, de aclarar todas estas acusaciones ya un poco manidas y repetitivas del señor Gonsalves, “Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y Las Granadinas.
Aclaré en el día de ayer que en la República Dominicana para nosotros es inaceptable que nos quieran acusar de racistas, que nos quieran acusar de discriminación y que nos quieran acusar de violación a los derechos humanos.
No lo aceptamos. Sencillamente para nosotros es inaceptable. Yo no creo que el señor Gonsalves haya hecho por Haití lo que ha hecho la República Dominicana. Por tanto no aceptamos la acusación de discriminación que se nos quiere endilgar en este foro. República Dominicana ha sido el Estado más solidario con la República de Haití. Quiero que sepan que en este momento en la República Dominicana residen alrededor de un millón de ciudadanos haitianos, la mayoría de los cuales son indocumentados.
No tienen ningún documento y transitan libremente por las calles de la República Dominicana sin que ningún policía ni nadie, ni ningún inspector de Migración les detenga para preguntarle si tiene un pasaporte, si tiene una visa para residir en la República Dominicana.
Esos haitianos en este momento ocupan el 80% de los trabajos en el sector agropecuario y una cantidad similar en el sector de la construcción.
Su participación también en el sector turístico va creciendo conforme pasan los meses y en la República Dominicana no se le pone ningún obstáculo a pesar de que tenemos una ley laboral que establece que la composición en cualquier centro de trabajo entre nacionales y extranjeros no debe exceder de una composición 20-80, o sea 20 por ciento extranjero y 80% de dominicano. Sin embargo el Estado dominicano mira para otro lado cuando se trata de Haití. En ocasión del terremoto que sacudió a la hermana República de Haití, nuestro país incluso entregó un aeropuerto para que sirviera de base de las operaciones internacionales que venían en ayuda de la hermana República de Haití.
Caravanas de dominicanos de todos los sectores sociales fueron a la frontera con Haití a llevar cuanta cosa pudieron recoger para ayudar a nuestros hermanos.
Después del terremoto, Haití se quedó sin puertos marítimos y toda la mercancía desde el 2010 que ingresa al mercado haitiano, entra por los puertos de la República Dominicana.
El año 2012 para ser específico, 11,676 furgones de mercancías entraron por los puertos de Santo Domingo y transitaron por las calles del país para ir en auxilio de Haití. Y estamos dispuestos a seguir apoyando a Haití hasta tanto puedan tener reconstruidas sus estructuras marítimas para que los barcos puedan llegar directamente a la hermana República de Haití.
Derechos humanos
No se puede acusar de violación de derechos humanos a un país que garantiza el acceso a la educación, el acceso a la salud sin importar el estatus legal de las personas.

Hoy en día en los hospitales de la República Dominicana el 13% de todos los partos que se hacen son a madres haitianas, y no solamente a mujeres haitianas que residen en el territorio de la República Dominicana, sino a mujeres que cruzan la frontera para dar a luz en un hospital de República Dominican porque le sale más económico en nuestro país que es gratis y en Haití tienen que pagar por la realización de ese parto.
Nosotros estamos gastando RD$5,300 millones para atender a ciudadanos haitianos en asuntos de salud. Eso significa más de cien millones de dólares.
La cantidad de remesas que mandan los haitianos que residen en la República Dominicana es superior a cientos y cientos de millones de dólares; dos o trescientos, cuatrocientos. No tenemos cuantificación que son necesarios para dinamizar la economía haitiana.
Todo eso ocurre en un país que quieren llamar racista, que discrimina. Cómo puede considerarse que República Dominicana es un país racista si más del 80% de nuestra población está constituida por negros y mulatos.
Cómo se puede acusar a los dominicanos de tener una actitud racial frente a los haitianos, si conviven con nosotros en todas las calles del país.
Yo invito a cualquiera que quiera visitar la República Dominicana y que chequee las personas que están en las calles para que vean que los hermanos haitianos circulan por las calles de la Repúbica Dominicana y conviven con nuestros compatriotas dominicanos.
Otro asunto es la educación; violar los derechos humanos sería negarles el derecho al acceso a la salud y a la educación a los ciudadanos haitianos. Hoy tenemos 54 mil estudiantes haitianos en la República Dominicana, 36 mil están en las escuelas y 15 mil en las universidades pagando el mismo costo que pagan los dominicanos nacionales. Cómo puede entonces considerarse que la República Dominicana puede violentar los derechos humanos.
Yo creo que el señor Gonsalves ha llegado muy lejos. Yo le quiero pedir señor Ralph que gobierne en San Vicente y Granadinas, y a la República Dominicana le permita que gobernemos nosotros. Nosotros no aceptamos de ninguna manera que usted quiera imponerse a la soberanía de un Estado democrático que tiene instituciones que respetar.
La nueva Constitución de la República Dominicana establece en su artículo 184 que las decisiones que emanan del Tribunal Constitucional, son definitivas, irrevocables y vinculantes a todos los poderes del Estado.
Diálogo con Haití
Nosotros vivimos en un régimen de derechos. Si el Presidente de la República no aplica la sentencia del Tribunal Constitucional se expone, incluso, a un juicio político en el Congreso de la República por violación a la Constitución. De todas maneras nosotros estamos trabajando con el gobierno de Haití en buscar una salida a los casos en que tengamos que atender. No es cierto que en la República Dominicana se le ha quitado la nacionalidad a nadie. Yo no le puedo quitar lo que no tenían algunas personas. 

La nacionalidad en República Dominicana se obtiene por mecanismos que están establecidos en nuestra Constitución, por condiciones constitucionales y puede ser que mucha gente tenga la confusión de entender que la sentencia, “la 168-13”, llegó hasta 1929, hasta el 2010, mucha gente puede entender que fue una sentencia de carácter retroactivo.
Pero sucede que todas las Constituciones de la República Dominicana desde 1929 hasta la fecha establecen las mismas condiciones de cómo se obtiene la ciudadanía en la República Dominicana. Y lo que está haciendo esa sentencia es mandando a regular a las personas que viven de manera irregular en la República Dominicana, de los cuales varias decenas de miles son personas que viven en un limbo jurídico, que no tienen estatus definido en la República Dominicana.
Este proceso migratorio que soberanamente la República Dominicana va a celebrar y que no aceptamos imposiciones de nadie. No importa que el país sea chiquito o sea grande. 
Es una decisión soberana, porque el asunto de residencia y nacionalidad le corresponde a los estados soberanos y nosotros somos un Estado soberano y no aceptamos que nadie absolutamente nadie juegue con la soberanía dominicana. Porque el día que yo tenga que declinar como Presidente de la República la situación de soberanía, entonces no merezco ser el presidente de mi país.

lunes, 27 de enero de 2014

Recuerdos para tomar conciencia de que no se repita en nuestro pueblo

Por Kilbert Sena










LIBERTADORES DE VERDAD

por Carlos Rey

(Natalicio de Juan Pablo Duarte)
«A Juan Pablo Duarte, nacido el 26 de enero de 1813 de padre español y madre dominicana, se le considera como el fundador de la República Dominicana porque con su prédica y bajo su dirección entre 1833 y 1844 se preparó el movimiento que dio efectividad y perdurabilidad a la emancipación proclamada en 1821.
»Su obra de apóstol y libertador lo señala como personaje... dotado... de extraordinarios atributos de acción eficaz, para que aquel milagro se produjera.
»Sin embargo, la imagen de Duarte que se ha impuesto hasta ahora es la de un soñador, casi la de un iluso... Se debe... a que en Duarte es particularmente luminosa y conmovedora la faceta del que amó por amor, del que no supo odiar, del que se sacrificó por dar libertad a un pueblo sin aspirar a nada para él, del que perdonó las ofensas e injusticias, de quien prefirió el camino de la renuncia....
»Estas características apasionantes han determinado que el Duarte más conocido... sea el... de la entrega de todo el patrimonio familiar a la causa de la libertad, el de la negativa a ser proclamado presidente en lugar de llamar a elecciones, el de la renuncia a toda lucha por posiciones personales o de grupos una vez alcanzada la independencia....
»Esta es sin duda su faceta más elevada, la más gloriosa y luminosa, pero no la única....
»El fundador de la República Dominicana no es... sólo el apóstol intransigente de un ideal de independencia absoluta que aparecía utópico por lo difícil de las circunstancias.... Es también el caudillo fogoso y valiente, con visión profética, denuedo, dinamismo, desenvoltura y tacto que antes de 1844 transformó una colectividad sufrida, pasiva, escéptica y resignada, en una fuerza expansiva que supo imponer su derecho a la libre determinación.»1
En este artículo que tituló «La faceta dinámica de Duarte», el doctor Pedro Troncoso Sánchez, distinguido historiador, filósofo y escritor dominicano, traza un cuadro muy humano en el que describe las cualidades morales y espirituales del máximo prócer dominicano. Al describir a Duarte como soñador, fundador, predicador, libertador, apóstol, caudillo y profeta, Troncoso Sánchez lo califica de un modo semejante al que se caracteriza a Jesucristo mismo en las Sagradas Escrituras.
Así como Duarte, también Cristo nos amó en lugar de odiarnos, se sacrificó por darnos libertad, y perdonó nuestras ofensas e injusticias, prefiriendo el camino de la renuncia. Pues al igual que Duarte fue dotado de «extraordinarios atributos de acción eficaz» para que se produjera el milagro de la independencia de los reinos de Haití y España, Cristo nos ha dotado de la extraordinaria acción eficaz de su sangre derramada en la cruz en nuestro lugar para que se produzca en nosotros el milagro de la independencia del reino del Maligno.
Más vale que hagamos uso de nuestro derecho de la libre determinación con que nos creó Dios, proclamando a Cristo como presidente de nuestra vida. De hacerlo así, conoceremos la Verdad en carne propia, y esa Verdad nos hará realmente libres.

martes, 7 de enero de 2014

LO QUE EL TIEMPO BORRO

En nuestras sociedades existen seres humanos marcados en su trayectoria de vida para terminar al final de su existencia de manera extraña, es lo que muchos tipifican como destino y otros como cosa de la casualidad.

Ella era de estatura baja, la delgadez de su cuerpo iba en armonía con su tamaño, su pelo lacio y alborotado medio cubría su hombro, de ojos vivaz, una fija sonrisa se acentuaban en sus labios, de caminar ágil y ligero, su falda larga que cubrían sus piernas hasta sus tobillos, bien ceñida a su cintura y abundante telas plisada caían en forma de acordeón; el movimiento ligero de sus brazos hacían armonía con sus piernas al caminar.

El, siempre vestido con ropa de trabajo, de un kaki difuso por la mezcla de sol, sudor y mancha de la vegetación del campo, un sombrero gastado por el tiempo, donde su borde se delineaban por encima de su fina, revolteada y lacia cabellera; un macuto que siempre le acompañaba descansaba sobre su hombro izquierdo, lo que hacía que su hombro se inclinara sobre la parte derecha de su torso, sus ojos hundidos pero de mirada humilde, hacían juego con su saliente quijada, lo que revelaba a lo lejos la ausencia de sus dientes, pero no impedía que se expresara de forma correcta, así como entablar una conversación en el idioma ingles o el creol.

Ellos, tenían una relación donde la libertad expresa de su compromiso no los obligaba a cumplir con las normas de un acuerdo nupcial cónsono al tiempo y el espacio donde habitaban, Ella ayudaba a su cuñada en los quehaceres domésticos durante todo el día, El trabajaba en el cuidado de la siembra del marido de su hermana, dormían en una habitación, donde bien temprano se levantaban para asistir al mismo espacio, a la misma distancia y a la misma rutina.

De esa relación nació el único hijo, el que vino a ser como los primeros rayitos del sol que suavemente tocan la piel de su rostro para indicarle que el día va a ser radiante y propicio para elevar la esperanza de cualquier hombre de campo que con ansia espera que su siembra emerja con energía de la esperanzadora tierra.

Una mañana de primavera se le vio muy alegre con una falda larga y ancha, una blusa blanca y unos zapatos bajitos de color negro, con su pelo bien peinado, fue la primera vez en tantos años que vestía sin su rutinaria ropa, sin prisa ni apuro al desplazarse, parecía que la libertad había tocado su corazón. Ese día entro a mi casa me pellizco la cara con sus dos manos como si quisiera dejarme un recuerdo que luego de algunos años pude entender; la observe cuando ligeramente abandonaba mi casa, con su movimiento de brazos y piernas, se alejaba para jamás volver a verla.

Para El, su ausencia se llevo parte del aliciente que alimentaba su espíritu, sus ojos ya no podían observarla cuando delante se desplazaba en las noches iluminadas por la luz de la luna, rumbo al espacio que compartían para relajar sus cuerpos cansado de la faena diaria, además, para compartir ese tesoro que juntos crearon, y al que le daba la razón de vivir y compartir. Ella se desvaneció en su espacio sin un por que, sin una razón y sin un motivo que pudiera aliviar las interrogantes de su partida, y dejar lo que juntos lograron concebir; su dolor se hizo menos severo, gracias a ese fruto que le daba la razón de seguir existiendo.

Ese niño fue la fuente de su inspiración, la razón de esforzarse en trabajar más, era su sueño, en cada conversación su hijo primaba, sus ojos se llenaban de luz tan solo pronunciar su nombre, no había espacio en su mente para otra cosa.

El niño ya un jovencito le propuso que debía proyectar su talento para progresar, tenia que partir para buscar nuevos horizontes que le den la base para una mejor vida, y la capital era la mejor fuente de progreso; El, con dolor en su alma estaba convencido de la propuesta, era difícil verlo partir, pero debía crecer y progresar, era el mejor camino, el lugar donde se encontraba no era propicio para ser un hombre prospero, sin tierra para trabajar y sin recursos.

Esa mañana un sudor por debajo de su piel recorrió su cuerpo, su corazón acelerado cerraban sus cuerdas vocales, era difícil pronunciar palabras, pero un abrazo con dos lagrimas recorrieron sus mejillas para posarse en el hombro del hijo que debía partir, lagrimas que simbolizaban parte de su alma, la que acompañarían como un ángel protector a ese vástago que se lanzó a la aventura por una supuesta nueva esperanza.

El confiaba en la decisión de su hijo, a todos le hablaba de las imaginarias proezas de este en Santo Domingo para subsistir, era tanta la ilusión creada que contaba historias semejantes a novelas sacadas de la televisión; su alma, su espíritu y su vida era ese hijo que con tanto amor y dedicación alimentó, educó y formó. Toda su energía estaba vertida en el, su madre partió y se desvaneció en el tiempo y el espacio, una noticia no llego ni para anunciar si había muerto.

Al parecer las letras de la canción “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos” fue sacada para El, las noticias sobre el hijo se sustentaban en historia inventadas en su mente, El jamás pudo hacerse la idea de que aquel fruto de su sangre pudo dejarlo, sin una nota, sin un mensaje y ni siquiera un rumor. Hablaba como si lo tuviera presente, ese amor paterno jamás pudo ser sustituido por nada, alguna razón había para no volver al pueblo, eso pareciera no mortificarlo, su mente podía volar al lugar donde se encontraba y tocarlo, sentir su lacia cabellera entre sus manos, tocar su rostro, sentir su voz y el calor de su cuerpo estrechado en su regazo.

Su cuerpo doblegado por el tiempo se durmió en un largo sueño, partiendo con la imagen de aquel día donde vio alejarse lo que fue la realidad de su vida, aquel día le acompaño a lo largo de esos años, igual que la partida de su compañera, que de la misma forma vivió de sus recuerdos. Nadie en el pueblo supo si alguna vez al hijo llego la noticia de la muerte de su padre o la de su madre.

Los familiares solo recuerdan la figura de aquel hijo que una vez partió en busca de mejor futuro, y la despedida del padre la mañana aquella cuando su mano se agitaba dando el adiós que nunca tuvo regreso.

El tiempo avanzo lentamente, y a través de los años alguien de la familia cercana tocaba el recuerdo de ese nombre, sin saber donde vivía, que hacía, si estaba vivo; fue aquel que el tiempo convirtió en el nombre de un personaje de una obra rutinaria, personaje que pasa por tu memoria igual que el párrafo al que no le das importancia.

Tal vez en algunas personas de la generación de ese hijo queden difusas imágenes compartidas en charlas, juegos escenas de infancia, nadie del pueblo archivó algunas cosas de su vida; su imagen y su vivencia se perdieron para la familia y la gente de su pueblo, solo logro insertarse en la memoria de aquel padre, que fijo su rostro para siempre aquella lóbrega mañana donde sus ojos vieron por ultima vez.


La madre y el hijo partieron de la misma forma, parece que alguna vez hicieron un pacto para dejar sumido en solo recuerdos y esperanzas, la ilusión de aquel padre y compañero, donde su imaginación se quedo esperando la llegada de aquellos que con tanto empeño y amor dedico todo su sueño y su vida.

jueves, 2 de enero de 2014

DESDE EL AÑO 1900 (Reflrexión)


por Carlos Rey

En el año 1900 la velocidad máxima a la que se llegaba en la mayoría de las ciudades de América no excedía los veinte kilómetros por hora; el edificio más alto del mundo era la Torre Eiffel; no se habían descubierto aún la insulina, ni el plutonio ni los antibióticos; y no había cinta adhesiva, ni crucigramas ni Día de la Madre.
En el año 1900, aun en los países más desarrollados de América, la mayoría de las personas morían antes de cumplir los cuarenta y siete años, principalmente de pulmonía, de la gripe, de tuberculosis y de diarrea; el 90% de los médicos no tenía estudios universitarios sino que asistían a colegios de medicina, muchos de los cuales se consideraba que eran de calidad inferior; y sólo el 6% de la población general se había graduado de la escuela secundaria.
En el año 1900 en los países que disfrutaban de los mayores avances científicos las mujeres se lavaban el cabello una vez al mes, y eso que con bórax o yemas de huevo, el 95% de los partos los tenían en sus hogares, y sólo el 8% de las viviendas tenía teléfono. En esos mismos países algunas autoridades médicas afirmaban que las costureras profesionales estaban sujetas a la excitación sexual a causa del ritmo constante, hora tras hora, de los pedales de la máquina de coser. Para contrarrestar esos posibles efectos, recomendaban que se les echara bromuro de potasio en los vasos de agua que tomaban, pues se consideraba que este sedante reducía el deseo sexual. La marihuana, la heroína y la morfina se podían comprar sin receta en todas las farmacias. Un farmacéutico hasta alegaba que la heroína eliminaba la grasa del cutis, agudizaba la mente, regularizaba las funciones digestivas, y que era, en efecto, una protectora perfecta de la salud.
Todo esto nos lleva a reflexionar sobre lo mucho que hemos progresado desde el año 1900... a no ser que nuestro criterio sea la moral en vez de la ciencia. Porque si se trata del desarrollo moral y no sólo intelectual, o de las relaciones humanas y no simplemente sexuales, entonces realmente no hemos progresado nada. Es más, pudiéramos concluir que vamos de mal en peor. En lugar de practicar la moderación, hemos abusado de los conocimientos y las sustancias que Dios dispuso para nuestro bien. De ahí las trágicas consecuencias que hemos provocado: el holocausto de la soberbia racial, el fratricidio de las guerras mundiales y la «limpieza étnica» sin cuartel, la esclavitud moderna de las drogas y del alcohol, el infanticidio que es el aborto por conveniencia, y la plaga posmoderna que es el SIDA, fruto de la obsesión por el placer sexual cuasi-animal, a toda costa.
Ya es hora de que dejemos de practicar el suicidio moral. Hoy, más que nunca, necesitamos definir el progreso como lo define Dios, en términos espirituales. Arrepintámonos de nuestra soberbia y de nuestra conducta inmoral, y pidámosle perdón. Sólo así podrá decirse de nosotros que de veras estamos progresando.